Cerrar una ventana sin
apretarse los dedos es
un arte
Cerrar una ventana y
no morir de asfixia
un prodigio
Cerrar una ventana y
no morir de pena
una proeza
pero cerrar esta ventana
con los dedos atrapados
sin huir por la puerta de salida o
de entrada y
decir adiós tras el cristal
con la mano ensangrentada
me conmueve hasta las lágrimas
/María Inés Zaldívar/